martes, 20 de noviembre de 2007

Sara Tancredi


Desde una edad muy temprana Sara sabía que quería ser médico. Mientras se criaba en los barrios de las afueras de Chicago siempre tuvo la esperanza de poder trabajar en un hospital o clínica privada en alguna zona bonita y segura.
Esos deseos cambiaron durante su primer año de carrera en la Universidad de Northwestern cuando Tancredi conoció los escritos de Mahatma Gandhi. Su manera de ver el mundo se vio alterada al instante y de forma irrevocable. Ser un médico tradicional ya no era suficiente para ella y decidió que debía seguir un camino más humanitario.
De una manera irónica los puntos de vista de Gandhi sobre la no violencia convencieron a Tancredi para ejercer su profesión en uno de los ambientes más violentos, la Penitenciaría de Fox River.
Sara se encarga de todo desde administrar medicamentos hasta realizar intervenciones quirúrgicas de emergencia. Y si bien su trabajo es noble (ha recibido varios premios humanitarios), también es peligroso. Todos los días tiene que relacionarse con violadores y asesinos que no han tocado a una mujer en años.
Aunque Sara no se para a pensar en los riesgos que corre todos los días, esto es una causa constante de estrés para su padre, el Gobernador de “Seguridad Fronteriza” de Illinois, Frank Tancredi. Eso, junto con unas ideas políticas bastante diferentes, ha enfriado su relación de manera significativa en los últimos años.
La relación con Scofield va mejorando cada día que pasa, Scofield sufre diabetes y ha de ser medicado cada día. Scofield es diferente, es especial, o así lo ve la doctora, que en todo momento se preocupa por él hasta el punto en el que investiga
su pasado y sus delitos, se da cuenta, de que algo no cuadra.

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